SALVADOR CANUTO MARTINEZ
Un hombre es el
impulso desafiante
de derrumbar cien
obstáculos…
Es apoyo
indispensable
para hacer caminos
nuevos…
Es la novedad de lo
imprevisto
y la urgente
prontitud
de cumplir con el
deber encomendado .
M
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uchas veces, no se encuentran las
palabras justas, esas que definan con exquisita exactitud, el perfil de muchos
hombres y mujeres que, con incomprensible entrega, han hecho realidad los
sueños propios y los ajenos… Por ello, en el intento abnegado de pintar con
palabras una historia, un sentimiento, una acción, una vida, recreamos la
historia de Don Salvador Canuto Martínez, un hombre leal, generoso y auténtico
que con sublime vocación de servicio, aceptó el desafío de ser “acción y no
proyecto”.
El fértil valle de “la muy gentil” ciudad
de San Salvador de Jujuy, fue cuna del nacimiento de Salvador Canuto Martínez,
el 18 de enero de 1878. Sus padres fueron Romualdo Martínez y Adelaida
Narriondo, ciudadanos sencillos y trabajadores de campo que supieron brindar a
sus hijos, la invalorable herencia de principios morales que sustentan una vida
honrada. Las circunstancias de la vida, lo obligaron a transformarse en un
hombre, siendo apenas un niño, ya que perdió a su padre cuando tenía 4 años.
Por ello, y siguiendo los pasos de su progenitor, se encargaba de la compra y
venta de ganado que tenían en una hacienda próxima a la ciudad de San Salvador.
Contaba con 10 años cuando ya era capaz de llevar tales operaciones comerciales
con increíble soltura. Aún así pudo
compatibilizar aquella gran responsabilidad con los estudios. Cursó la
escolaridad primaria y secundaria en la escuela Normal Juan Ignacio Gorriti,
donde obtuvo el título de Maestro Normal Nacional en el año 1897. Mientras
estudiaba, ya se desempeñaba además, como maestro en una escuela nocturna.El 28 de febrero de 1898, el amor llegó a su vida. Contrajo enlace con Mercedes Alvarado, recibida también de maestra.
El joven educador contaba con 20 años y su flamante esposa con 19 años cuando se trasladaron a caballo a esta promisora región. San Pedro de Jujuy les abrió las puertas, y con mil sueños se aventuraban a un futuro que ellos mismos construirían. Así se hicieron cargo, en marzo de ese año, de la Escuela Provincial N° 2 como director y maestra de grado, otorgándosele, además, a Salvador Martínez la atención de un grado. El establecimiento funcionaba entonces en una casita de adobe de dos habitaciones, en la calle Alberdi, donde es actualmente la residencia del Dr. Julio Antacle.
La dueña de la casa tenía árboles frutales, por lo que no quería que los alumnos tuvieran su recreo en el patio, de esa manera evitar que los rompieran o sacaran las frutas, así los momentos de recreación se hacían en la calle, sin ningún peligro ya que sólo habían dos automóviles en la ciudad.
La escuela se trasladó luego a la calle Aristóbulo del Valle, por gestión de su director que jamás renunciaba a sus propósitos.
Más tarde, y también por gestiones de Don Salvador Martínez, el gobernador Eugenio Tello donó el terreno definitivo donde se edificó con mucho sacrificio la primera construcción, que fuera reemplazada, años más tarde, por la actual edificación. Durante su actuación docente, tuvo que afrontar grandes desafíos tales como llevar adelante la concreción del edificio escolar propio y luchar contra la indiferencia de los padres que no querían enviar a sus niños a la escuela. Así, permaneció en ese establecimiento, hasta recibir los beneficios de la jubilación, el 11 de septiembre de 1923, año en que se retiró junto a su esposa.
Mientras ejercía sus tareas docentes, trabajaba en el Ingenio La Esperanza, propiedad de los Hnos. Leach, quienes lo ayudaron económicamente en la adquisición de bienes raíces en esta ciudad, en la Capital, y fincas vecinas como La Isla, El Infante, Arroyo Colorado, Los Nogales, Los Laureles, entre otras.
Tenía una personalidad muy definida, era tenaz en sus decisiones y firme en la ejecución de las mismas. Los días sábado, según su propia expresión, sucedía que:…”Después de comer, con el último bocado, dejaba los cubiertos, montaba mi caballo y me iba a las fincas a controlar el trabajo en ellas realizado”… Se dedicaba a la cría de ganado caballar y bovino, efectuando la permanente supervisión de sus bienes, entre las ya innumerables actividades que cumplía con sutil maestría. Gracias a estos emprendimientos, pudo hacer una fortuna y brindar a sus hijos, un buen pasar, siempre dentro de la sencillez y la humildad.
El Hombre Político
Luego jubilarse, se dedicó a la actividad política como dirigente del Partido Demócrata.
Fue presidente del Honorable Consejo Deliberante, en carácter Ad-Honorem.
Ocupó la Intendencia Municipal en dos períodos: desde el 20 de enero hasta el 17 de noviembre de 1927 y desde el 9 de septiembre de 1936 hasta el 25 de abril de 1940. En la última gestión, se construyó por su iniciativa, el actual Palacio Municipal, obra que le mereció la crítica de sus adversarios políticos que manifestaron que “era demasiado para San Pedro”, argumento al que respondió en un discurso: “Lo hice pensando no en San Pedro actual, sino en el San Pedro del futuro”…
Fue elegido Diputado Provincial en tres períodos, el último en 1946. Cargos que ejerció bregando siempre por el progreso de la ciudad de San Pedro de Jujuy.
El Hombre Público
Como ciudadano, se destacó por su constante participación en distintas entidades, siendo en muchas oportunidades, su gestor. Fue jefe de Asuntos Legales del Ingenio La Esperanza, Juez de Paz departamental Ad-Honorem, durante varios años. También presidente de la Comisión de Defensa Agrícola de la zona y cofundador de la Biblioteca Domingo Faustino Sarmiento, fundada el 7 de septiembre de 1911; Socio benefactor de la Sociedad Sarmiento Protectora de la Infancia, creada el 7 de setiembre de 1917, hoy escuela Profesional N° 7 “Felisa Rasguido de Sánchez de Bustamante”, su fundadora; además fundador del Rotary Club San Pedro, el 28 de setiembre de 1939, del que formaron parte los Sres. José Jure, Scaro, Mikkelsen, Silvester, Luis De Santis, Fado Zamar, entre otros.
Don Salvador Martínez, fue un hombre generoso y desinteresado, siempre acudió a cuanta solicitud se le hiciera. Donó el terreno donde actualmente se erige el edificio del Círculo de Odontólogos de Jujuy, ubicado en la intersección de la Avda. Fascio y Necochea al 600 en San Salvador de Jujuy. En su homenaje, se impuso a una sala el nombre de Salvador Canuto Martínez.
También, en retribución a su actuación como maestro, por Decreto N° 0263, de fecha 14 de abril de 1983, del Honorable Consejo General de Educación, se impuso el nombre Salvador Canuto Martínez, la escuela provincial N° 201 de la ciudad de San Pedro de Jujuy, acto que se llevó a cabo el día 27 de mayo de 1983 y una calle ubicada en barrio Dr. Horacio Guamán también lleva su nombre.
Fue un hombre dinámico de personalidad multifacética, se destacó como maestro, como funcionario y como político, cumpliendo con honorabilidad todos los cargos que desempeñó.
Falleció en la ciudad de San Pedro de Jujuy el 13 de octubre de 1969, a los 91 años de edad. El pueblo al que quiso entrañablemente y por el que trabajó sin medida, lo despidió con los honores que merecía un ciudadano ilustre. Una multitud se dio cita en el que fuera su domicilio particular, en la intersección de las calles Rogelio Leach y Aristóbulo del Valle, para brindarle su último adiós.
Don Salvador Canuto Martínez, fue un esposo y padre ejemplar. Adelaida Martínez Alvarado de Corrado, una de sus hijas, lo recuerda con los más cálidos destellos de un sentimiento que aún perdura. De sus labios, sólo fluyen palabras de admiración:…”Como padre fue excelente, enérgico y firme en sus decisiones, sin perder el inagotable humor que le daba un matiz especial a su personalidad. Era alegre, conversador y disfrutaba compartir horas de juego con sus amigos, entre ellos: José María Thames, Belisario Ruiz, Guillermo Paterson, Luis De Santis, Juan Martín Silvester, Antonio Bordallo, Cristian Mikkelsen, los hnos. Leach, entre otros… Supo inculcarnos los principios morales que hacen a las personas de bien… Nos educó con el ejemplo… Su sola presencia imponía respeto… Siempre, y más allá del tiempo, nos hemos sentido orgullosas de él y quiera Dios que la gente sepa valorar y reconocer toda su labor. Nuestra madre, prodigaba dulzura y supo resistir los embates de la vida, con sabia paciencia…”…
El matrimonio Martínez – Alvarado tuvo cuatro hijas: Felisa, Haydée, Mercedes y Adelaida, todas docentes. La primera casada con Humberto Sánchez de cuya unión nacieron tres hijos: Humberto Arturo, Salvador Arnaldo y Osvaldo Genaro.
El Dr. Humberto Arturo Sánchez contrajo nupcias con Gladys Fullone, tuvieron una hija, Verónica Sánchez.
Salvador Arnaldo contrajo enlace con Ramona Canetti, tuvieron tres hijos: Arnaldo, Claudia y Mariela.
El Dr. Osvaldo se unió en matrimonio con la Dra. Zulema Cantaberta quienes dieron vida a María Claudia, María Gisella y María Lorena.
Adelaida, última hija de Salvador Martínez se casó con Luis Ramón Corrado, teniendo tres hijos: Ramón, casado con Cristina Balduzzi (falleció dejando dos hijos, Ramón y María Pía); María Mercedes (fallecida) y Marina Adelaida, casada con Juan Francisco Meló, de cuya unión nacieron: Juan Francisco, José Luis, María Mercedes y Julio César.
Los descendientes de Salvador Martínez son cuatro hijas, seis nietos, trece bisnietos y otros que seguirán llegando con el paso presuroso de la vida.
A través de este blog, la comunidad educativa, rinde su más sincero homenaje a otro jujeño que con infatigable tenacidad, se hizo instrumento insustituible del venturoso tiempo de nuestra patria, forjado también, en este rincón celeste y blanco.
Fuente: Revista "Grito Verde"
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